El Anfitrion Por Roger Steele
Recuerda que Nifty necesita de tus donaciones para poder proporcionar estos hermosos relatos.
http://donate.nifty.org/donate/html
Las cosas han cambiado mucho desde la primera visita del Richard a Cuba. Hace doce años él vino de Inglaterra por primera vez y tenia que alojarse en un hotel estatal para toda su estancia de dos semanas, y entonces no se podia invitar a ningún Cubano a visitarlo en su habitación. Ese tipo de fraternidad entre extranjeros y Cubanos estaba prohibido. Pero él descubrió que mucho había cambiado cuando visitó la bella isla el año pasado, con su pareja de diez años, Steve. Había muchas opciones diferentes y menos limitaciones del gobierno.
La primera noche en La Habana, los ingleses se quedaron en el Hotel Habana Libre en Vedado, porque Richard sabia que era bastante bueno y seguro, y ellos querrían buscar una casa particular en esa zona turística con mucha chispa y vida por la noche. Después de almorzar, Richard, dejo a su amante en el hotel y se fue caminando por las calles de Vedado. Vio muchos carteles de casas particulares en los que había que pagar en divisa, es decir, casas registradas por el gobierno con permiso para hospedar a extranjeros.
Estaba andando tranquilamente por una calle estrecha a la sombra de grandes y viejas higueras, cuando vio cerca de él a un hombre entrando en un edificio. Algo de este hombre le hizo mirar. Como Richard, el cubano era maduro y en forma, pero mulato, tenia más o menos cuarenta y pico años y más corto que Richard. Este hombre de verdad se ajustaba a su fantasia y cuando el hombre desconocido se volvió para mirar la calle antes de entrar en su casa, Richard puede ver que tenia un bulto muy atractivo. El mulato vio a Richard mirándole, y sonrío y de repente, el corazón de Richard latió más rápidamente.
Los dos hombres, aunque provenían de culturas muy diferentes, reconocen el mismo deseo carnal. El cubano sonría e hizo un gesto a Richard para que se acercara. Ahora, ambos sabían lo que sucedería entre ellos. "Me llaman Richin", dijo el extranjero ofreciendo su mano blanca. "Mi nombre es Robi" contesto el cubano, ofreciéndole la mano y mirando fijamente a los ojos de Richard. "Ven y ve a mi apartamento si busques una casa particular en esta zona, cómoda y bien ubicada y te prepararé una cafecita cubana" dijo Robi, y sin esperando una respuesta, se volvió y entró en el edificio. Richard le siguió.
Subieron las escaleras hasta el primer piso y entraron en el apartamento numero 16. Tan pronto que estaban en el interior, Robi se volvió, abrazó a Richard, y empezó a besarlo, al principio suavemente, y poco a poco con más vigor y urgencia, y con su lengua poderosa entrando en la boca de Richard. Estuvieron de pie en el salón del apartamento y pronto ambos olvidaron la cafecita. Robi tomó el mano de Richard y le condujo al dormitorio adyacente donde juntos cayeron sobre la cama matrimonial.
Besándose, cariciándose, lamiéndose, luchando con sus lenguas en sus bocas, y con sus cuerpos en la cama. Los hombres estaban desesperados por descubrir todo del otro. Se desnudaron mutuamente, cuerpo desnudo contra cuerpo desnudo, rodaron sobre la cama, a veces con el hombre alto y blanco arriba, y otras justo al contrario.
Robi estaba a reventar y quería dar su leche a este extranjero guapo y cariñoso. Ambos muy excitados, sus pingas juntas, rozando una contra la otra, para aumentar el goce. Robi se levantó hasta sus rodillas y con su pinga gruesa, larga y tiesa, puso la cabeza a los labios de Richard. Richard la quería y abrió su boca para recibirla. Robi casi no pudo aguantar el placer y sin esperar, empujó su pinga hasta al fondo de la boca de Richard, para que él pudo tragarla. Sin ningún problema, Richard dejó la pinga cubana pasar por su garganta, apenas podia respirar cuando sintió los cojones de Robi contra su mentón, y Robi retiró el pene.
Richard amaba esta experiencia inesperada, carnal y pasional. Le gustaba el placer de ser invadido por esta anaconda de amor, y respiraba cada vez Robi retiraba de su garganta la morcilla grande. Al mismo tiempo estaba masturbándose, y su pene, que es grande y grueso, estaba alcanzando el clímax. Los dos hombres sudaban y jadeaban y de repente Richard sintió como su pene empezó a convulsionarse. Sentía sus contracciones, y cuando llegó el orgasmo un chorro tras otro de su semen eyaculo sobre su pecho. Al sentir el orgasmo de Richard, Robi también alcanzó el suyo y lanzo su leche de amor al fondo de la garganta inglesa.
Cuando terminaron sus chorros de leche, Robi retiró su pinga de la garganta de Richard, y sonriendo, besó el alto amante, abrazándose a él. Richard se sentía relajado y contento, cuando los dos hombres desnudos se tumbaron, estirados y mojados de sudor, en la cama.
Despues de un rato, Richard dijo a Robi que tenia que regresar con Steve al hotel para contarle todo sobre lo sucedido y sobre el apartamento. Robi le sugirió que Steve podia visitar el apartamento cuanto antes para decidir por su mismo, si ellos quisieran alquilarlo o no. Richard estaba de acuerdo y salió dandole un beso y abrazo. En la puerta principal del edificio, Richin se volvió y a Robi le dijo "Olvidamos la cafecita! Otra dia!" Mientras él caminaba por la calle, se sentía tranquilo y satisfecho. Apenas podía esperar a contar a Steve el cuento sobre Robi y el apartamento. Confiaba en que Steve no sería celoso - pero excitado por la historia emocionante.
Escribeme si te ha gustado mi relato. Necesito ese estimulo para seguir escribiendo: ssmundo06@yahoo.com.au