Luis Una Historia
Luis
por piss_boys
Warning: as already pointed out in my previous published stories, I won’t try to write them in English, which is not my mother-tongue. I will keep writing them in Spanish, my second language.
Following the hint one of my readers gave me, I suggest non-Spanish readers who are keen on this fetish to use Google translator to pass it into English.
This is a work containing scenes of sex between males of different ages, so what is this story about, exactly: man to man sex (M/M), smegma.
I hope you will enjoy this new story: if it makes you horny, and your little brother downstairs is raising his head up, then the story has reached its goal… Unlike the previous stories, this is NOT a labour of my fantasy but it’s what really happened to me. And… it is a stand-alone story. This story is only intended for an adult audience, and all prescriptions required by law apply. If you are an under-age reader yourself, it is better for you to leave now, go back to cartoons, and come back again in a couple of years, or more, according to your present age.
Please feel free to give me a feedback. There are other stories of mine on this same fetish(es) you might find interesting:
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- https://www.nifty.org/nifty/gay/encounters/encuentro-en-el-hospital.html
- https://www.nifty.org/nifty/gay/non-english/el-angel-rubio.html
- https://www.nifty.org/nifty/gay/non-english/yo-andres/
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Ciao!
Esta es una obra que contiene escenas de sexo entre hombres de diferentes edades. Entonces, de qué trata exactamente esta historia: sexo de hombre con hombre (M/M), esmegma.
Espero que disfrutéis de esta nueva historia: si os pone cachondos, y vuestro hermanito abajo está levantando la cabeza, entonces la historia ha alcanzado su objetivo... Bastante fuera de costumbre, este NO es un trabajo de mi fantasía sino un relato de lo que realmente me ocurrió). La historia solo está destinada a una audiencia adulta; se aplican todas las prescripciones requeridas por la ley. Si tú mismo eres un lector menor de edad, es mejor que te vayas ahora, regreses a los dibujos animados y vuelvas aquí otra vez en un par de años, o quizás más, de acuerdo con tu edad actual y con las leyes de donde vivas.
Por favor, siéntete libre de enviarme comentarios. Ay…hay otras historias mías sobre este(s) mismo(s) fetiche(s) que pueden resultarte interesantes:
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¡Ciao!
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En el Grindr tengo una cuenta con un nombre bastante explícito: cheeselover. Si eso no fuera suficiente, la imagen que aparece es la de dos formas de requesón... ¡Más claro que eso! No necesita ser un águila para entender lo que busco y ofrezco, pero, a pesar de eso, tantos contactos ocasionales la primera pregunta que me hacen, después del ‘hola’, es: ‘¿qué buscas?’... ¡Bueno!
Sin embargo, y sin divagar, está claro que un perfil con tal fetiche de nicho no atrae a muchos visitantes y, aparte de eso, a menudo me contactan personas muy mayores, a pesar de que el perfil dice claramente que solo estoy buscando bajo 30, como máximo 35, años. Obviamente, bloqueo inmediato si insisten, a pesar de mi primera aclaración cortés de que ellos no encajan en lo que estoy buscando.
De vez en cuando, sin embargo, hay algunos contactos realmente interesantes, y también muy divertidos.
Esta es la historia de mis (hasta ahora dos) encuentros con Luis.
* * * * * * *
Luis me contactó en el Grindr el año pasado, en plena pandemia, y parecía estar muy interesado al tema del esmegma. ¡Y cuando digo muy interesado, quiero decir MUY interesado! Alrededor de los treinta, un poco gordito sin ser obeso, ya había tenido varias experiencias con lindas pollas llenas, y enseguida me confesó que le encantaba el olor y más aún el sabor de polla sin lavar llena de queso blanco y fresco o incluso de queso añejo. Además, él también trataba de mantener su polla sin lavar y le gustaba que se acumulara el queso, aunque me confesó que no lograba acumular mucho, en parte porque tenía una relación de largo plazo, así que a menudo simplemente no podía dejar su polla tan sucia como hubiera querido.
A pesar de estas limitaciones, ¡parecía demasiado bueno para ser verdad! Debía haber algo mal.
Bueno, sí y no. Lo malo era sobre todo que Luis no vivía en mi ciudad. ‘Aquí vamos’, pensé inmediatamente, ‘otra pérdida de tiempo’... ¡Pero trabajaba en mi ciudad! No solo eso, sino también no muy lejos de mi casa. ‘¡Guau, ahora esto podría ser interesante!’.
Que realmente tuviera la intención de encontrarme quedó claro tan pronto como aceptó intercambiar el número de teléfono y el contacto de Telegram, por lo que pasamos a compartir mensajes, fotos y videos fuera de Grindr, que como todos saben no es particularmente confiable, dado que muchas veces se pierden los chats o cierran tu perfil repentinamente, sin explicación ni aviso.
Nos acordamos para encontrarnos un día durante su hora de almuerzo, y así fue. Pasé a por él con mi coche y, finalmente viéndonos cara a cara en vivo por primera vez, nos estudiamos un ratito. Luis tiene una hermosa sonrisa amplia y cautivadora, y un aire angelical que prometía hacer de nuestro encuentro algo particularmente depravado e intrigante.
Rápidamente nos dirigimos a mi casa, ya que solo teníamos una hora disponible, la de su almuerzo, y una vez que llegamos no perdimos tiempo en bromas. Luis acercó su cara a la mía y metió un metro de su lengua en mi boca. Mmmmm… Buen comienzo, ¡me encanta besar! Pero por mucho que ame besos y mimos, no daba mucho tiempo ahora para eso. Así que fuimos directos al negocio. Rápidamente nos desvestimos quedando los dos en calzoncillos, y Luis, después de manosearme un poco, se arrodilló y, mirándome a los ojos, me sacó la polla, cuidando que el prepucio no destapara el glande demasiado pronto. ¡Buena previsión! El chico no quería que el olor se dispersara por la habitación.
En ese momento acercó su nariz a la punta de mi polla dura y comenzó a olfatear mientras emitía continuos gemidos de placer. ¡Parecía un cachorro que hubiera encontrado su hueso favorito! Retiró un poquito la piel, para revelar un poco el glande, luego volvió a taparlo, sin dejar de olfatear con avidez. Lo juro, pasó al menos 5 minutos en esta actividad que le dio un placer evidente, como demostraba su polla dura.
Por fin descubrió por completo mi polla, y sin dejar de gemir empezó a limpiarla de toda la crema que se había acumulado, sobre todo en el surco.
Cuando llegó a la mitad del trabajo, lo tomé por las axilas, obligándolo a ponerse de pie, y lo besé: ¡quería sentir mi sabor en su lengua, y de hecho, toda su boca sabía a queso! Nos besamos un rato intercambiando saliva en cantidad, luego me alejé de su boca invitante y comencé a besarlo y lamerlo en las orejas, el cuello, los pezones, las axilas, que tenían un suculento olor a sudor masculino. Pero rápidamente, apresurado por el poco tiempo que teníamos, bajé hasta su polla. Como ya me había comentado él, su glande no estaba lleno de queso como el mío, pero el olor era fuerte y, de todos modos, un ligero velo de esmegma cubría el glande, así que, sin perder tiempo, empecé a lamerlo por todas partes, y luego a chupar esa linda polla y a limpiarla del líquido transparente que entretanto había comenzado a formarse y salía por el agujerito.
De repente me entró un frenesí que ni siquiera sabía tener dentro de mí, así que de momento abandoné su polla y bajé mi cara, primero para lamer su escroto y sus testículos, luego sus entrepiernas, luego debajo de sus bolas y finalmente pasé detrás de él, le dije que se inclinara hacia adelante y comencé a explorar el surco de su trasero, grande pero firme. Empecé desde arriba, lamiendo el sudor que se había acumulado durante su trabajo de la mañana, y luego bajé al verdadero tesoro, su pequeño agujero. Estaba limpio, pero de allí salía una fragancia masculina, un olor penetrante, agrio y dulce a la vez, que me hacía la boca agua. No perdí tiempo explorándolo con mis labios primero, y luego con mi lengua, tratando de penetrarlo como si fuera una boca. Sentí claramente que se abría debajo de mi boca como una flor floreciendo, y aproveché para meter la lengua para adentro lo más que pude, saboreando ese sabor aún más penetrante y fuerte que antes, pero no menos tentador y seductor. Quería follarlo, pero antes de eso, no podía negarle a Luis que terminara la tarea por que vino a mi casa. Así que, de nuevo, me puse delante de él, y le presenté mi verga, solo medio limpia del queso, diciéndole con una voz ronca de excitación “¡vamos, Luis, termina de limpiar!”.
Luis ciertamente no dejó pasar la oportunidad, y siguió oliendo, lamiendo, chupando mi polla, hasta limpiarla por completo. Mientras tanto, yo había mojado bien con saliva dos dedos de mi mano, y la estiré hasta llegar a su ojete, con el cual comencé a jugar pasando los dedos mojados por sus labios de abajo, y luego metiendole primero un dedo y luego ambos. Entraron como un cuchillo en la mantequilla, y sentí sus cálidas paredes acariciándolos.
En cuanto estuvo seguro de haber limpiado todo el queso que tenía en el glande, Luis empezó a chuparlo como si no hubiera un mañana. Dejé que lo hiciera por un tiempo, pero luego saqué mi polla de su boca, lo que hizo con un ‘plop’, le di la vuelta y coloqué la punta de mi verga contra su pequeño agujero. Si bien la única lubricación que había allí era mi saliva y sus secreciones, sentí como si me hubieran succionado por dentro, y su cómodo y tibio orificio me recibió con placer, mientras los labios de su ano parecían besar mi miembro.
Lo follé duro durante unos minutos, mientras lo besaba en el cuello, en las orejas y, con algo de esfuerzo de ambos, en la boca. Pronto me encontré al borde del orgasmo. Quería y al mismo tiempo no quería correrme dentro de él, además sabía dónde Luis hubiera preferido recibir mi corrida. Entonces, a regañadientes, me deslicé fuera de ese culo caliente, me moví rápidamente frente a Luis y agarré su cabeza, llevándola a mi polla, que parecía brillar, por la abundancia de sus jugos anales. Mientras pajeaba su polla con entusiasmo, inmediatamente Luis tomó la mía en su boca, la limpió cuidadosamente y comenzó a chupar con fervor, haciéndome llegar al ansiado orgasmo en unos instantes. Llené su boca de semen, y Luis lo tragó con placer, sin dejar de mamar mi verga para beber hasta la última gota de semen. Dejé que lo hiciera por un tiempo, pero pronto mi miembro se volvió demasiado sensible y tuve que forzarlo para que se separara de él. Tomé su rostro entre mis manos y lo besé profundamente, sintiendo mi sabor en su boca.
También quería probar su semen directamente de la fuente, pero ¡ay, no tuve tiempo! Evidentemente la excitación había sido demasiada, y seguir pajeándose mientras me besaba no había ayudado al pobre Luis a no correrse, lo que hizo con unos cuantos chorros abundantes, mientras gemía con sus labios pegados a los míos.
* * * * * * *
Pasaron unos meses antes de que pudiera volver a verlo. Mis horas y las suyas no coincidían, lamentablemente. Se agregó que Luis dejó su trabajo en la ciudad, y por lo tanto las posibilidades de encontrarnos disminuyeron considerablemente. Pero seguimos escribiéndonos en el Telegram, intercambiando deseos y descripciones de aventuras (bueno, a decir verdad, todavía lo hacemos...).
Un día, bastantes meses después, me escribió que tendría que venir a la ciudad por unas horas y me preguntó si me gustaría volver a verlo. Como dicen los norteamericanos: ¿El Papa es católico? Jajaja. Por supuesto, inmediatamente dije que sí.
Hubo alguna dificultad logística, porque cuando vino era uno de los días que había un invitado en mi casa, pero por suerte pude solucionarlo, llevándolo a un garaje particular que tengo cerca de mi casa.
Ese encuentro fue bastante similar al anterior, pero mientras que la polla de Luis solo tenía, como la otra vez, un velo muy ligero de esmegma (¡pero un gran olor a polla sucia, con el trasfondo de su última meada!), la mía estaba realmente llena, después de dos semanas sin limpiarla …o que alguien me la limpiara… Mi amigo ese día tuvo un verdadero festín, y también tuvo que pasar mucho tiempo con la boca y la lengua pegadas a mi polla, porque el queso que se había acumulado en el surco ya no era queso fresco: ¡era queso añejo de verdad! ¿Necesita precisar que le gustó mucho?
* * * * * * *
Gracias “Luis”, espero que nuestros encuentros se repitan en el futuro… También espero que tengas la oportunidad de leer esta historia, ¡y qué la aprecies!
FINE
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