Conocн a Gustavo en un partido de basket. Esa noche se enfrentaban el equipo de mi Universidad contra el equipo de la Universidad del Estado. A nivel local, era el clбsico, un encuentro deportivo que no te podнas perder. Fui con un grupo de amigos, aunque la verdad es que no me interesaba el basket, pero nos нbamos a reunir en el gimnasio de la Universidad para despuйs salir por la noche, asн que accedн a acompaсarlos.
El gimnasio no es demasiado grande, caben cerca de 800 personas, pero estaba a reventar. La noche estaba cargada de energнa con tantos gritos y porras de uno y otro bando. Tuve que reconocer que el ambiente era emocionante y pronto me encontraba gritando porras contra el equipo de enfrente. De pronto, las luces se apagaron y se encendieron reflectores que se deslizaban por las gradas y la cancha. El presentador anunciу a los equipos, que hasta el momento se preparaban en las regaderas. Cuando los jugadores salieron a la cancha, un estruendo llenу el recinto. Una amiga me jalу la camisa, seсalando sonriente a un jugador enorme, de mбs de 2 metros de altura, de complexiуn delgada, tenнa las espaldas anchas; los mъsculos del pecho y de los brazos finamente marcados, sin ser demasiado voluminoso pero sн bastante correoso; sus largas bermudas no dejaban mucho a la inspecciуn, excepto una cintura estrecha y quizбs la esperanza de unas nalgas generosas, pero pude apreciar que sus piernas estaban cubiertas por un fino vello rubio.
De lejos, parecнa ser atractivo; su rostro era amable y concentrado, las cejas, gruesas y oscuras, servнan de marco perfecto para un par de ojos verdes que emanaban picardнa; el pelo revuelto y corto, de un color rubio cenizo le daba un aspecto de rebeldнa. Aunque todo en йl irradiaba masculinidad la lнnea de su mandнbula y mentуn era suave, lo que le deba un aspecto de adolescente que contrastaba con su cuerpo musculoso. Su piel era blanca aunque se veнa que tomaba un poco de sol.
-їA poco no estб guapo?- me dijo mi amiga. Yo me reн con ella y no le contestй; durante el resto del partido, no tuve ojos mбs que para йl: se llamaba Gustavo y era el capitбn del equipo. Durante la siguiente hora, tuve que esconder mi verga tiesa debajo de mi chamarra; me sentнa fuertemente atraнdo por este hombre, mi cabeza se llenу de fantasнas sexuales: me imaginaba cуmo se verнa su cuerpo desnudo en mi cama, dispuesto a todo; me preguntaba cуmo se sentirнan sus largos brazos alrededor de mi cuerpo; me excitaba conocer cуmo se sentirнa su peso sobre el mнo, abrazados y besбndonos, frotando nuestros sexos. Me intrigaba el tamaсo de su verga. Por experiencia propia sabнa que la altura de un hombre no es determinante en el tamaсo de su miembro. Habнa tenido mis aventuras con hombres mбs chicos de altura que yo y crйanme que me habнa llevado muy gratas sorpresas.
Este tipo en cambio era muy diferente, para mн era un gigante; yo mido un poco mбs de 1.80, pero aunque йl me llevaba mбs de 25 centнmetros de altura, se movнa por la cancha con la gracia y la soltura que solo puede dar el deporte. Hacнa fintas, se descolgaba por la cancha en segundos, animaba a sus compaсeros con una seguridad y un porte que me hacнan admirarlo (y desearlo) aъn mбs. El partido terminу con una cerrada ventaja a nuestro favor. Los vнtores y porras llenaron el estadio por unos 10 minutos mбs y tuve que despedirme, aunque fuese de lejos, de ese forro de hombre que ahora en adelante llenarнa mis fantasнas nocturnas. Al bajar por las gradas con mis amigos, pasamos cerca de nuestro equipo.
Nuestras miradas se cruzaron; lo observй mientras Gus (asн decнa su camiseta) tomaba un trago de agua, sus ojos parecнan mбs verdes de cerca y me perdн en ellos. Todo pasу en unos segundos: al principio me vio de refilуn, despuйs con intensidad y por un momento, pude percibir cierta curiosidad dentro de su mirada, lo que hizo que mi corazуn retumbara mientras mis pisadas me dirigнan hacia donde estaba йl. Cuando pasamos a su lado, de camino a la salida, le di un golpe suave en el hombro desnudo, lo encontrй firme y tibio al tacto. -Excelente juego Gus!- le dije mientras le dedicaba la mбs devastadora de mis sonrisas. El me la devolviу sonriendo, estirando el brazo hacia arriba, esperу que le devolviera la palmada por encima de nuestras cabezas. Justo en ese momento, una rubia despampanante se acercу a йl detrбs de sus espaldas y tomбndolo de un brazo, lo volteу hacia ella y lo besу; supuse era su novia. Estaba todo cubierto de sudor, su cuerpo se veнa todavнa en tensiуn y lleno de adrenalina, no pude menos que desearle suerte a la rubia, con semejante impulso seguro les esperaba una larga noche.
Lo volvн a encontrar en el antro, nos tocу sentarnos enfrente de su grupo, iba con sus compaсeros de equipo pero extraсamente solo. Iba vestido con un pantalуn de mezclilla que destacaba sus largas piernas. Zapatos de cuero sin calcetines, cinturуn blanco de tela y una camiseta semiabierta por el cuello que destacaban sus pectorales, completaban su atuendo. Me reconociу inmediatamente y me hizo una seсa de saludo con los ojos y su rostro. Me presentй con йl con una sonrisa y despuйs de un rato de platicar del partido, no me pude resistir y le preguntй por su novia; me dijo con una mueca que casi parecнa de alivio, que se habнa peleado con ella por una estupidez y que tenнamos la noche libre. Asн, "tenнamos". Tomй nota de la seсal, cuyas implicaciones me hicieron sudar, pero procurй que mi nerviosismo no se reflejara en mi voz. Estuvimos platicando muy a gusto por un largo rato, casi a gritos en medio del humo y del estridente y rнtmico sonido de la mъsica; me enterй que tenнa 23 aсos y ya a punto de acabar sus estudios universitarios, yo en cambio tendrнa unos 19 aсos pero me sentнa muy a gusto platicando con йl aunque debo reconocer que un poco intimidado ante el tamaсo de Gus, estбbamos sentados y aъn asн me sacaba como una cabeza el muy cabrуn. Como a eso de la 1PM, debido al ruido del antro, me acercу su boca a la oreja y mientras me tomaba de una rodilla, me dijo - Esto estб de hueva, їy si mejor nos vamos? Por supuesto, 5 minutos mбs tarde nos habнamos despedido de nuestros amigos y estбbamos en mi coche.
-їQuieres que vayamos a otro lado?- le preguntй maliciosamente mientras salнamos del estacionamiento, aunque creнa conocer la respuesta. - Sуlo a tu casa- me respondiу con una sonrisa. Seguн manejando y al poco rato, Gus, que estaba sentado en el asiento del copiloto, me puso una mano sobre el muslo. La dejу ahн unos segundos, como esperando que reaccionara mal, pero mi ъnica respuesta fue voltearme a ver su pнcara sonrisa y devolvйrsela. El trayecto era largo aunque sin demasiados semбforos. En la radio sonaba una suave y vieja canciуn de George Michael, perfecto; sus dedos juguetearon con mi muslo, acariciando primero mi rodilla y subiendo poco a poco hasta llegar a mi cintura. Tengo un punto nervioso en la cadera, me hacen reнr siempre que lo acarician y йste caso no fue la excepciуn. El solo se reнa conmigo, sonriendo con una sonrisa de lado que parecнa cнnica.
Un semбforo en rojo nos detuvo; solamente habнa otro coche enfrente de nosotros. Los dedos de Gus comenzaron a bajar hacia mi verga, que parecнa a punto de estallar dentro del pantalуn. Despacito, la fue palpando hasta sentirla toda por sobre mi pantalуn. Sus ojos estaban viendo al frente del auto, cualquiera hubiese pensado que solo estбbamos platicando y esperando a que cambiase la luz a verde. Respondiendo a su avance, mi mano izquierda abandonу su puesto en la palanca de cambios y se acercу lentamente a su entrepierna. La base de su miembro ya estaba dura como piedra y se sentнa de buen grosor; mi mano comenzaba a descender por el grosor de su verga cuando un fuerte bocinazo detrбs nuestro nos hizo darnos cuenta de que el semбforo estaba en verde. No exagero cuando digo que saltamos de sorpresa. Gus se dio un golpe en el techo pues apenas cabнa, maldijo al otro conductor y nos reнmos hasta llegar a mi casa.
El fraccionamiento estaba oscuro. Saludamos a Don Jorge, el viejo guardia de seguridad. Era extraсo que llevase a alguien a la casa, pero en este caso bien valнa la pena. Don Jorge se sonriу con la experiencia que tienen las personas mayores. Tan pronto traspasamos la puerta de mi casa, Gus me dio un beso muy suave al principio, envolviйndome con sus fuertes brazos ahн mismo, en medio de la sala. Olнa muy rico, a jabуn, a reciйn lavado y a una lociуn deliciosa con rastros de lima y canela. La diferencia de alturas era importante y tenнa que voltear la cara hacia arriba para encontrarme con sus labios, que eran suaves y carnosos. No me quedaba dudas de que Gus era por lo menos bisexual y que no era su primera vez; como una suave saeta, la punta de su hъmeda lengua encontrу mis labios y los fue recorriendo de principio a fin, llenбndome de besos el rostro. Su boca sabнa a menta y a alcohol, tenнa una manera de besar que era un poco salvaje; la humedad de mi boca era poco a poco conquistada por la intrusiуn de su lengua que exploraba todos sus rincones. Sus manos arrancaron con fuerza y decisiуn la camisa de mis pantalones, la levantaron por encima de mis hombros y asн, sin desabotonarme siquiera, quedй desnudo de la cintura hacia arriba.
Mi pecho es mбs fuerte y definido que el de Gus y creo que es uno de mis atractivos, parecнa que Gus estaba de acuerdo pues mientras en medio de nuestros besos, le dirigнa hacia mi recбmara en medio de la oscuridad, sus manos se aferraron a mis tetillas, retorciйndolas solo un poco. Un relбmpago de placer hizo estremecer mi cuerpo, mientras mis manos le tomaban ambos lados de la cara a Gus, para acercarlo a mis labios y seguir absorbiendo su delicioso aroma.
Para cuando llegamos a mi recбmara, ya habнa conseguido dejar atrбs un rastro de ropa de Gus inconfundible. Arropado solamente con un boxer negro corto que destacaba sus largas y bien torneadas piernas, Gus se acostу en mi cama king size cuan largo era y vaya que sн lo era, no cabнa en la misma y tuvo que encoger un poco los pies. En la esquina de mi casa hay una luz que da a la calle; cuando quieres dormir es molesta, pero en ocasiones como йsta, es perfecta: a travйs de las blancas cortinas, se filtraba un suave resplandor que iluminaba el cuerpo casi desnudo de Gus; mientras observaba como me terminaba de desvestir, cruzу las manos por detrбs de su cabeza, sosteniendo una almohada contra su cuello. Sus piernas eran muy largas y fibrosas, los trabajados muslos los tenнa casi lampiсos y de la rodilla hacia abajo le cubrнa la piel un suave vello rubio. El boxer negro era ajustado y a travйs de la tela tensionada, se apreciaba que la verga de Gus estaba a media asta, se le habнa acomodado hacia la izquierda, apuntando hacia su cadera. Se veнa de muy buen tamaсo, pero era un asunto que habrнa que explorar mбs a detalle.
Me desnudй lenta y completamente enfrente de Gus. Cuando mi calzoncillo cayу al suelo, su sonrisa dio paso a una expresiуn de sorpresa. Mi verga estaba totalmente enhiesta, sus 21 centнmetros apuntando hacia mi ombligo. La tengo algo gruesa desde la base hasta la punta y en retrospectiva, creo que esto era especialmente lo que le llamу la atenciуn a Gus. Me acerquй a la cama, de la forma mбs seductora que se me ocurriу y tomando suavemente con la punta de mis dedos el resorte del bуxer de Gus, se lo empecй a deslizar hasta descubrir los primeros pelillos de su bajo vientre. Eran suaves y de un color rubio cenizo mбs oscuro que su pelo. Me inclinй sobre la cama y le plantй suaves besos en cuello; con un fuerte suspiro, absorbн el aroma a cнtrico que emanaba de йl. Mi boca encontrу las finas lнneas de su pecho; las tetillas grandes y tiernas se deshicieron en mi boca y volvieron a nacer como esferas duras y carnosas. Un suave vello oscuro le cubrнa parte del pecho y esto para mн era una novedad. Mis manos jugaron con esa mata de pelo, encontrбndolo suave y sedoso al tacto. Gus gimiу cuando mi boca siguiу el rastro de vello que caнa en cascada sobre su el vientre, haciйndose mбs fino hasta llegar a su ombligo y desaparecer.
Paulatinamente, le bajaba el boxer con la punta de mis dedos, a medida que mis besos iban descendiendo. Para cuando llegue a la base de su pene, aspirй el fuerte aroma de su sexo, embriagante. Mis labios se posaron sobre su base y la encontrй dura; mi lengua atrapу como pudo su tronco y lo comenzу a ensalivar; a medida que iba descendiendo su bуxer, su desnudo cuerpo se revelaba ante mн. Mis labios recorrieron el tronco hasta la punta, grueso pero no tan grueso como mi propia verga; el largo camino de mi lengua sobre su verga parecнa no terminar y me hizo preguntarme de quй tamaсo la tendrнa este hombre. Gus estaba disfrutando el espectбculo; gemнa, suspiraba, meneaba las caderas y me animaba a continuar, tomбndome del pelo con suavidad. El sabor salado de la piel de su prepucio se antojaba delicioso y ya la punta de su verga circuncidada comenzaba a dejar caer gotitas transparentes de lнquido seminal. Mi lengua atrapу la primera antes de que cayese a la cama y me di a la tarea de exprimirle hasta la ъltima gota.
Gus no tenнa problemas en que me enfocase en su verga, era deliciosa. Se desplazу hacia atrбs en la cama, hasta que su espalda descansу en una de las grandes almohadas de la cabecera y se sentу, para hacerme espacio. Me acomodй entre sus piernas, sus grandes huevos eran, casi lampiсos y colgaban un poco de la base de su verga. Los tomй entre mis labios y esto pareciу sorprenderlo, porque soltу un gemido de placer y sorpresa. En mi boca los sentн contraerse, se los estuve chupando hasta que oн como soltaba gemidos de satisfacciуn. Dediquй entonces toda mi atenciуn a la pieza maestra que tenнa ante mis ojos, su verga era muy larga pensй mientras la masajeaba con la mano y le daba la ъltima lamida a sus huevos. Una vez que la tuve ante mi boca, pude apreciar que aunque Gus tenнa la verga mas delgada que la mнa, era bastante mas grande, cercana o mбs de 25 centнmetros, y en aъn en ese cuerpo tan alto, su tamaсo no desentonaba; al tacto era sorprendentemente suave, con una cabeza grande que se erguнa en 90 grados en un estado de rigidez que contrastaba con la suavidad esponjosa de su cabeza. Mis labios se cerraron lentamente sobre la suave punta, sus ojos verdes no se perdнan el espectбculo de mi boca probбndolo por primera vez, probй un saborcito salado que se desvanecнa en mis labios y en la humedad de mi lengua. Me aferrй a esa verga como un nбufrago se aferra a la ъltima botella de agua, lamiendo y gozando de su contacto; querнa descubrir el punto exacto en que debнa aplicar presiуn con la punta de la lengua o hacerle cosquillas en el frenillo de su tolete para que Gus gozara de placer.
Creo que no se esperaba que fuese un experto en el arte de dar una mamada a un hombre, pero pronto me respondнa con gusto, rotando las caderas lentamente y susurrando mi nombre. Sus manos me acariciaban el pelo y los lуbulos de las orejas mientras sus verdes ojos observaban con lujuria como me comнa su herramienta una y otra vez. Probй de todo: mordiscos suaves en el tronco; rбpidas pasaditas de lengua en el frenillo y en borde de la gran cabeza que a en la semioscuridad se me antojaba de un color rojizo intenso; mamadas intensas solo en la punta y tratar de comйrmela toda, pero esto ъltimo era imposible, de tan larga que era. Le gustу especialmente que le recorriese el tronco desde la base hasta la cabeza, lamiйndolo durante el ascenso y acabando en la punta de su verga, quedarme ahн un rato y volver a comenzar. Esto parecнa volverlo loco, me suplicу entre susurros entrecortados que no dejara de mamarle y aunque me parecнa que se iba venir en cualquier momento, se controlaba bastante bien, lanzando fuertes resuellos y tomando las riendas de la situaciуn.
Mientras mi boca se daba un festнn con su verga, mis ojos se deleitaban con la vista de su cuerpo. Su pecho ya estaba cubierto de una fina pelнcula de sudor que se aferraba al ligero vello oscuro sobre sus pectorales. Con los dedos de una mano, le acariciй los vellos hъmedos del pecho y encontrй una tetilla rosada, grande y suave al tacto, que estrujй delicada pero firmemente entre mis dedos. Gus gimiу, mбs como un gruсido que como una respuesta de placer. Pensй que le habнa gustado la caricia y me impulsй sobre su cuerpo para quedar encima de йl. Me sentнa como un niсo encima de este hombre, era tan alto. Nuestras vergas se encontraron y fue como si un chispazo de electricidad recorriera nuestros cuerpos. Por la cara que puso, supe que Gus estaba mбs acostumbrado a llevar la directiva en sus asuntos con los chicos; quizб pensara en sus encuentros con otros hombres como una forma mбs de probar su hombrнa; quizб mis acciones directas le parecнan peligrosas para su sexualidad; quizб se pensaba en sus escapadas con otros hombres como un desahogo que su chica no podнa o no querнa darle, pero en ese momento a mн nada de eso me importу; en ese momento, me propuse darle una cogida como nadie jamбs se la habнa dado. En estas cosas pensaba cuando lo vi a los verdes ojos y pude encontrar en ellos la respuesta: estaba bastante interesado en averiguar lo que le propondrнa.
Mi boca encontrу sus tetillas erectas y me dediquй a mamarlas un rato, hasta que pude oнr sus gemidos. Mi verga era mбs pequeсa que la suya, aunque por ser mas gruesa le hacнa buena competencia. Los testнculos de ambos se juntaron cuando comencй un suave movimiento de caderas sobre su verga, por su expresiуn de placer supe que lo tenнa atrapado en una situaciуn nueva para йl; creo que estaba acostumbrado a solo cogerse a otros hombres, pero yo querнa darle el panorama completo y querнa excitarlo hasta que gritara de йxtasis. Sus vellos pъbicos no estaban recortados y me hacнan cosquillas en los huevos, que colgaban sobre los suyos; se sonriу como cuando descubres que algo que esperabas fuera malo, no lo fuese del todo: mi plan estaba dando resultado. Las manos de Gus me abrazaron y descendieron hasta mi cintura y despuйs se aferraron fuertemente a mis nalgas; curvй la espalda para que sintiera la firmeza y suavidad de mi culo, que es redondo y de curvas pronunciadas; sentн como sus largos dedos se asнan fбcilmente de las mejillas de mi culo, masajeбndolas y sintiendo sus formas curvas.
-Que bueno estбs...- me susurrу al oнdo de una forma que me hizo estremecerme, mientras la punta de un dedo inquisitivo me hacнa sentir su presencia en la entrada de mi culo. Mi verga estaba trabada en franca batalla con la suya, la sensaciуn de fricciуn era exquisita; mis caderas hacнan que el contacto fuera profundo y largo, lo estaba cogiendo prбcticamente y йl se dejaba hacer, arrebatado por la nueva sensaciуn; nuestras vergas estaban muy excitadas y lubricaban sendas gotas de lнquido seminal, tenнamos ya el vientre empapado. Mis caderas continuaron un movimiento de arriba hacia abajo, querнa sentir toda su longitud sobre mi verga, mi vientre y mis huevos.
Gus estaba cada vez mas duro, gemнamos cada vez que mis embestidas hacнan chocar nuestros cuerpos y йl parecнa querer mбs. Aprovechando que mi cuerpo estaba sobre el suyo, metн mis rodillas entre sus piernas, separбndolas lo suficiente para que apoyara mis rodillas sobre el colchуn. Metн entonces las rodillas bajo sus piernas, obligбndolo a ponerlas sobre las mнas y haciendo que se doblaran hasta apoyar sus pies en el colchуn. Йl me dejу maniobrar libremente, hasta que se dio cuenta que su culo estaba mбs y mбs expuesto, se quejу y quiso zafarse de mi abrazo, pero estirбndome sobre su cuerpo, lo calmй con un beso que lo hizo suspirar profundamente. -No vamos a hacer nada que no quieras- le dije en un susurro. Mientras continuaba el beso, mis manos se posesionaron de su verga y de la mнa, masajeando carne contra carne, las dos se sentнan rнgidas y expectantes. La fricciуn de la suavidad de mi piel y de la suya era exasperante, pronto estuvimos gritando los dos mientras mi mano continuaba con un movimiento frenйtico de arriba abajo que nos enloquecнa. Su verga es varios centнmetros mбs grande que la mнa y al llegar a la punta, con la palma de la mano le acariciaba la coronilla, apretбndola firmemente y volvнa a descender sobre mi expectante verga; la diferencia en grosores en mi mano era excitante, asн como en los tamaсos.
Cuando lo notй mбs relajado, le tomй de los tobillos. El me mirу con aire de expectaciуn cuando me los coloquй sobre los hombros. Mi mano abandonу nuestras vergas y se concentrу en la suya, haciйndolo ver estrellas mientras cambiaba de ritmos. La punta de su verga exudaba lнquido seminal en abundancia y ayudaba en mi labor de masaje, pero la piel de su tolete se sentнa ardiendo de excitaciуn. Йl arqueaba los pies sobre mis hombros y casi me tira, pensй que se iba a venir, pero no. Ya estaba gritando de placer cuando la punta de mis dedos alcanzaron la rosada entrada de su culo: dos globos exquisitos de carne firme y musculosa que se abrнan como flor ante los avances de mis dedos. Un suave masaje en la entrada de su culo me revelу el suave ojete, sus nalgas se veнan deliciosas asн abiertas de par en par, a la espera de mis acciones. La punta de mi verga circuncidada estaba ya rozando apenas la entrada, me inclinй hacia йl para darle un beso y sentн como la cabeza se recargу contra su ojete, se sentнa hъmedo y caliente. Йl cerrу fuertemente los ojos; йl, precisamente, al que le gustaba observarlo todo. Supongo que no verme era su forma de rebelarse ante lo que iba a suceder, de no tomar responsabilidad, pero yo no querнa hacerlo, no asн. Querнa que йl me lo pidiese cuando estuviera totalmente listo.
Pasaron dos segundos, yo lo observaba esperando estoicamente el final de su virginidad; al no sentir mi invasiуn, abriу los ojos y sin decirme nada, la expresiуn en su cara de niсo, me dijo que algo en su mente se habнa liberado, habнa pasado la barrera de sus prejuicios y supe que era libre. Se riу de mн como alguien se rнe de una buena broma y me dijo con un tono de sъplica - Ven, quiero poseerte.
Lo complacн y trepй sobre su cuerpo, tomбndolo de los hombros para impulsarme hacia arriba. Me hinquй de rodillas sobre su cuerpo y Gus supo que su momento habнa llegado. Le tomй la punta de la verga y la encontrй totalmente rнgida, gruesa, y hъmeda; йl suspirу cuando hбbilmente la coloquй en la entrada de mi culo. Con una mano, me tomу de las caderas, la otra se posesionу de mi verga y comenzу a masajearla; sentн que la punta de su tolete se introducнa solo un poco en mi cuerpo. Me acomodй mejor sobre su cuerpo, querнa ser yo el que tomara el control de la situaciуn: lentamente pero sin pausa, fui descendiendo en esa hermosa verga. Puje fuertemente, soltando un bufido cuando la entrada de mi culo se abriу poco a poco para recibir ansiosa la cabeza, hasta que la tragу toda. Sentн como los mъsculos de mi culo se distendнan, no era el tolete mбs grueso que soportaba, pero probablemente serнa el mбs largo, asн que me preparй bien. Pude aguantar un poco mбs y parй, era evidente que no estaba lo suficientemente lubricado, me retirй de la contienda y estirй mi brazo debajo de la cama. Gus protestу mientras pensaba que me estaba rajando, pero al ver la botella de lнquido lubricante no me dijo nada mбs. Permitiу que le untara una generosa porciуn desde la punta hasta la base; sus huevos quedaron cubiertos tambiйn. Йl mismo se baсу dos dedos y los introdujo lenta y profundamente en mi culo. Sentн que sus dedos masajeaban mi prуstata y por el placer tuve que erguirme para huir del contacto, era demasiado pronto.
Mi cuerpo ya estaba sudando gruesas perlas de sudor que surcaban mi pecho y caнan sobre el pecho cubierto de vello de Gus, pero a йl no parecнa importarle. Sostuve la respiraciуn mientras conseguнa empujar de nuevo su gran tolete hasta un poco mбs allб de la tercera parte. - Que apretadito estбs, cabrуn- me decнa Gus mientras pacientemente esperaba a que me empalase yo solito. Un esfuerzo mбs y lo tuve casi todo dentro, menos los ъltimos 5 o 6 centнmetros. Me quedй asн, quieto para darle espacio y tiempo a mi cuerpo para que se acostumbrara a la invasiуn. Mi culo comenzу a ordeсar involuntariamente a la verga de Gus y este estuvo a punto de venirse, pero mi mano le asiу fuertemente la base, hasta que sentн que peligro pasaba.
Le hice una seсa de aprobaciуn a Gus y йste empujу sus caderas desde abajo, empalбndome del todo. Me sentнa como un muсeco, sentado como estaba sobre ese monstruo, los 25 centнmetros enterrados firmemente hasta la base. Mi verga comenzу de nuevo a resumir lнquido seminal, baсando el vientre y el pecho de Gus, mientras lentamente su verga comenzaba a joderme. El placer era inmenso; en ese momento no me importу que este hombre tuviera novia y le estuviese siendo infiel; no me importу que pudiese ser un amor de solo una noche; no me importу que me pudiese estar usando, porque en ese caso yo tambiйn estaba obteniendo gran placer de йl; en ese momento, йl era mнo y nada mбs. Me agarrй de sus fuertes hombros y los sentн tensos, comencй entonces a ascender por todo lo largo de su tronco, hasta llegar a la punta, que casi se saliу, pero cerrй el culo, no dejбndolo escapar y otra vez me fui empalando, poco a poco, hasta que sentн que los suaves vellos de sus huevos pegaron en mis nalgas.
Gus me acariciaba el pecho y la verga, sorprendentemente cariсoso. Sus manos se aferraron a mis hombros, obligбndome lenta pero decididamente a descender una vez mбs sobre йl. El ritmo de esta cogida era lento, pero no por ello menos delicioso. Sentнa la punta de su tolete rozar mi prуstata y despuйs, el tronco mientras se iba introduciendo hasta el fondo de mi ser. Cuando lo tenнa todo dentro, podнa sentir una sensaciуn de plenitud en mi culo y al salir era como si se me fuese el alma. Con el culo le apretaba tanto como podнa, de forma intermitente. Gus gemнa que era la mejor cogida que hubiese tenido en su vida. - Y eso que no me has probado aъn - pensй mientras me reнa al cabalgarlo.
Plantу ambos pies sobre la cama y doblу las rodillas mientras yo me hincaba del todo en la cama, ambas rodillas al lado de su cintura y las manos apoyadas en sus hombros. Comenzу entonces a cogerme en serio, la fuerza de su verga casi me tiraba; el ritmo y el бngulo de penetraciуn eran deliciosos, sentнa como en cada embestida, su verga me excitaba el punto P con mбs fuerza. Si querнa que esto durase un poco mбs, tenнa que hacer algo y salirme de su hechizo. Como pude, me estirй hacia delante, para alcanzarle la boca con mis labios y nuestras lenguas se enredaron en un beso apasionado. Su verga se iba deslizando poco a poco fuera de mн. Sus manos no dejaban de acariciarme las nalgas, sopesбndolas y deleitбndose con su suavidad y la carne trйmula; pero sus caderas exigнan mбs.
Me acostй boca arriba sobre la cama, invitбndolo a acostarse sobre mн. El me entendiу rбpido y pronto estuvo sobre mi cuerpo, sus piernas enredadas con las mнas; nuestras lenguas todavнa peleando en un beso profundo, entrecortado, de esos que te quitan la respiraciуn. Me tomу una pierna y levantу en el aire tomбndola desde detrбs de la rodilla. Pensй que iba a tomarme asн, con ambas piernas sobre los hombros, pero en vez de ello, se la puso sobre un hombro mientras me volteaba sobre mi costado. Adelantу su cuerpo hasta casi sentarse sobre mi pierna que estaba en la cama y hбbilmente, su verga encontrу la forma de penetrarme, ahora mбs profunda e нntimamente. Acariciaba mi pierna sobre su hombro, mi tolete que parecнa haberse hecho mбs grande y grueso por la excitaciуn; la posiciуn que tomamos tambiйn le permitнa jugar con mis nalgas mientras me comenzaba a destrozar el culo. Yo le agradecн en el alma haberme enseсado esa nueva posiciуn.
Me estuvo cogiendo asн por un largo rato, variando el ritmo de sus embestidas, hasta que girando sobre mi cuerpo y sin retirarse apenas de mi interior, dejу caer mi pierna sobre la cama y se acostу de lado junto a mн y me comenzу a penetrar de lado, de forma que sintiera todavнa mas adentro la punta de su verga. Esta vez alcanzу el fondo mбs rбpido, mi cuerpo comenzaba a acostumbrarse a su tamaсo. Con una mano me acariciaba las nalgas y con la otra, me jalaba la verga, la sensaciуn de estar siendo cogido de esa forma era exquisita y me abandonй a ella.
Sus acometidas eran mбs y mбs rбpidas, aunque no por ello perdнan fuerza. La cama se sacudнa y rechinaba con cada embestida. Gritaba su nombre y le pedнa mбs. Sentнa que me deshacнa cuando la gran cabeza hacнa espacio para el largo tronco que venнa atrбs. Lo sentн hincharse aun mбs dentro de mн y pensй que ya estaba a punto de venirse, pero Gus me volteу boca abajo. Sus manos y su cara buscaron la raja de mis nalgas. No estaba preparado para la sensaciуn ambigua de su lengua explorando la entrada de mi culo, humedeciйndolo aъn mбs, mientras la aspereza de su rostro me quemaba la piel. Me tenнa ya al punto del orgasmo cuando sentн que se apartaba de mн. Pronto sentн sus suaves besos sobre mi cuello y mi oreja derecha, mientras nuevamente su larga verga comenzaba a penetrarme. Esta vez sin miramientos, me la dejу ir casi de golpe. La sorpresa me sacу el aire pero fue bienvenida.
Comenzу a cogerme con arremetidas de sus caderas cada vez mбs rбpidas. Mis piernas no estaban demasiado abiertas y йl casi no se apoyaba en mн: descansaba la mayor parte del peso de su cuerpo sobre sus codos, que habнa posicionado a ambos lados de mi espalda, sobre la cama y asн aprovechaba para abrazarme al tiempo que me cogнa. Pasу sus brazos por delante de mi pecho y las entrelazу detrбs de mi cuello. El ritmo de sus avances y retrocesos era constante, no me dejaba espacio mбs que para disfrutar la sensaciуn de ser penetrado. Estuvo asн mucho tiempo sobre mн, pero no tuve queja alguna. Juro que sentнa la verga adormecida de tanta excitaciуn y que casi me vine dos veces mientras me tenнa en esa posiciуn que me encantу desde entonces; se me antoja muy нntima, muy cercana y tambiйn me permitнa sentir su peso completo sobre el mнo. La forma en que Gus movнa las caderas sobre mн, de forma circular lenta y controlada, me indicaba una larga experiencia y no tenнa el menor reparo en ser el beneficiario de sus correrнas. Me sorprendiу descubrir que mi cuerpo pedнa mбs, mi culo parecнa elevarse para ir al encuentro de su ariete y pronto me tuvo sobre mis codos y mis rodillas, que apenas y podнan sostenerme pues tenнa a Gus casi encima. El aprovechу la posiciуn y me cubriу con su cuerpo. Sus manos descansaron en la cara anversa de mis codos y sus rodillas me rodearon la cintura mientras apoyaba sus pies en la cama; su verga me penetraba casi de una forma perpendicular y la sentнa hirviendo mientras se abrнa camino en cada empellуn. Sus besos cubrieron mi cuello y mi espalda mientras una mano me sostenнa por la cintura y las nalgas. Yo solo atinaba a gritar su nombre, me estaba partiendo el culo y no me importaba, solo querнa que me volviese a coger una y otra vez.
La resistencia de Gus era imposible, cuando sentнa que me iba a venir, bajaba el ritmo de la cogida casi del todo, hasta permanecer quieto dentro de mн, para darme tiempo, pero una vez que sentнa que el peligro habнa pasado, volvнa a cogerme lentamente y poco a poco, llegaba al ritmo endemoniado que tanto nos gustaba.
En la recбmara tengo un espejo de cuerpo entero, Gus lo vio y se puso de piй mientras con su abrazo me envolvнa el cuerpo desnudo, obligбndome a pararme junto con йl. Mi verga estaba henchida al mбximo, hъmeda y vigorosa; la vi reflejada en la superficie del espejo. Gus sonriу mientras me volteaba sobre una columna de la pared. Acomodу el espejo, de forma que pudiйsemos ver nuestro reflejo, matizado a travйs de la suave luz que entraba por la ventana. Se plantу detrбs de mi espalda y a travйs del espejo pude ver como acomodaba la punta de su verga sobre mi culo, que fue perforando despacio esta vez; me excitaba vernos reflejados, su cuerpo alto y definido sobre el mнo, mas bajito y corpulento. Hasta ese momento, no habнa tenido oportunidad de apreciar completamente las nalgas de Gus: eran redondas, paraditas y sin rastro de vello, casi de adolescente; cada vez que me la metнa, se le dibujaban finas lнneas en los mъsculos de las piernas, espalda y culo, haciйndome sentir su presiуn sobre mн. Me tomу de los hombros fuertemente mientras sus caderas continuaban las embestidas una y otra vez. Sentнa que la punta de su verga llegaba a nuevos rincones en mi interior, excitando mi prуstata en cada ataque. Abrн las piernas un poco para sentir sus huevos, que golpeaban contra mi perineo en cada empujуn.
Le gustaba observarse en el espejo, y a mн tambiйn. Su cuerpo mбs alto que el mнo, parecнa cubrirme del todo y mientras se aferraba a mis caderas, imprimнa cada vez mayor fuerza. Mis manos descansaban en la pared y yo sacaba el culo para que йl lo tomara como quisiera. Mi verga rebotaba contra mi vientre en cada embestida de Gus y esto me excitaba mбs aun. Me rodeу el pecho con sus manos y me tomу de las tetillas; йsta vez se aferrу fuertemente de las mismas, retorciйndolas un poco, provocando oleadas de placer que no esperaba. Sentн que su verga estaba poniйndose mas dura y mбs grande en mi interior. Gus gritaba mi nombre y ya respiraba agitado. Nuestros cuerpos estaban ya cubiertos de sudor pero йl seguнa con la misma energнa que al principio. Sentн que una oleada de placer sъbito recorrнa la base de mis huevos y pronto el orgasmo hizo que mi cuerpo temblara bajo del suyo. Me aferrй a la pared y cerrй los ojos mientras sentнa que 3 metrallazos de mi caliente y espeso semen se estrellaban contra la columna. Mi culo reaccionу apretбndose aъn mбs y Gus sintiу en el tronco de su verga que me habнa venido. Bajу un poco el ritmo, pero no se detuvo.
La lнbido que me despertaba ese hombre era inusitada. Por el espejo vi la deliciosa curva que formaba su espalda y sus nalgas mientras tomaba impulso para seguirme cogiendo. Mi verga no parecнa decidida a perder la batalla mientras me estuviera follando tan rico; despuйs de 5 minutos ya la tenнa tan dura y parada como antes. Las rodillas se me doblaban y Gus se compadeciу de mн: me dio un fuerte empellуn y me la metiу tan adentro, que tuve que aguantar para no venirme de nuevo. Me rodeу la cintura con sus fuertes brazos y me arrancу de la pared, me encaminу hacia la cama sin salirse ni un centнmetro de mi interior. Cuando llegamos a la misma, me ayudу a subir las rodillas al borde. Mi cabeza se derrumbу hacia delante mientras mi turgente culo se erguнa todo lo que podнa, rendido ya de nuevo a su suerte desde antes de que Gus comenzara de nuevo a cogerme lentamente.
Me inclinй hacia delante todo lo que pude, sacando el culo y pude apoyar la testa de la cabeza sobre la cama, para observar sus embestidas desde abajo. Gus me agradeciу la posiciуn pues sus manos se aferraron a mis nalgas fuertemente, me estaba gozando y no lo ocultaba. Me sorprendiу una serie de nalgadas leves, pero no me molestaron, al contrario, se me hicieron sexys. Al ver hacia atrбs por debajo de mis piernas, pude contemplar a mi verga henchida pegada a mi vientre y mбs atrбs, como la verga de Gus me destrozaba las nalgas, entraba y salнa casi del todo, los 20 y tantos centнmetros de verga como un ariete que derrotaba una y otra vez la resistencia de mi trasero. En el espejo, sus nalgas parecнan dos globos majestuosos que impulsaban su largo tolete.
La visiуn de sus nalgas me vencieron la tentaciуn e hice un esfuerzo: chupбndome el dedo medio, lo ensalivй lo suficiente como para colocarlo en la entrada del culo de Gus. Lo encontrй hъmedo y cerrado. Casi parу en seco una rбpida embestida, soltando un bufido de sorpresa, pero no dijo nada y solo bajу el ritmo de sus embestidas; supe entonces que era la primera vez que alguien se metнa en serio con su culo, que pareciу echarse hacia atrбs, en direcciуn a la punta amenazante de mi dedo. Se echу hacia atrбs hasta que lentamente, йl solo se enterrу solo la primera falange; Gus gritу al sentir a mi dedo rozar su prуstata y acelerу el paso. Su hermoso culo ahora era el que venнa al encuentro de mi dedo cuando tomaba impulso y al cogerme se desenterraba йl mismo. Ocasionado mбs por sus movimientos que por los mнos, pronto tuvo mi dedo enterrado hasta la segunda falange y, al estimularle esta vez decididamente la prуstata, gritу - Cabrуn, que me estбs haciendo?! - y se vino en mi interior, con largos aullidos de placer. Sentн oleadas de calor intenso que cubrнan el interior de mi vientre. Dos, tres, cuatro veces se vino en mн. Sus dedos en mis nalgas me aferraban a su verga, como si me fuera a escapar. Su pecho se dejу caer en mi espalda y lo escuchй respirar entrecortadamente.
-Eres el mejor culito que he tenido en mi vida- me dijo suavemente en mi oreja. - El mejor?- le dije mientras su verga aъn se hallaba en mi interior. Con el corazуn desbocado, le dije entre resuellos - Eso, eso me lo tendrбs que recompensar.